Home

 

INTRODUCCIÓN

 

En Noviembre de 1994, el Consejo Mundial de Iglesias invitó a alrededor de cincuenta representantes de iglesias pentecostales de América Latina, junto con representantes del Consejo Latinoamericano de Iglesias a una Consulta, en Lima, Perú,  con el propósito de compartir experiencias y testimonios, reflexionar juntos y explorar formas de profundizar el proceso de colaboración y unidad que ya se ha iniciado.

Varios elementos convergen para que el Consejo Mundial de Iglesias convoque a esta Consulta con Iglesias Pentecostales de América latina. En su Asamblea de Canberra en 1991 el CMI explicitó su interés de responder a las diversas voces que expresaban la necesidad de que el CMI entre en un proceso más sistemático de diálogo y colaboración con iglesias no miembros del Consejo y en especial con iglesias pentecostales, evangélicas e independientes. Esa preocupación pasó a ser parte del mandato de la Oficina de Relaciones con las Iglesias y la Comunidad Ecuménica  que se creó tras la Asamblea de Canberra.

Una primera consulta con representantes de Iglesias evangélicas libres de América latina fue organizada por la Oficina en Quito, Ecuador, en Noviembre de 1993, en estrecha colaboración con el CLAI. Fue una experiencia muy positiva que permitió iniciar una metodologia del escuchar y aprender mutua que se utilizó más tarde en otras reuniones de este tipo.

A pesar de que las primeras iglesias pentecostales ingresaron al CMI en el año 1961, es sólo en los últimos años que el movimiento ecuménico representado en el CMI se abre a un mayor acercamiento con el movimiento pentecostal como tal. Este acercamiento se da en el marco de un proceso de búsqueda de comprensión del pentecostalismo como una expresión de religiosidad popular protestante que está planteando nuevos desafíos eclesiológicos y pastorales al movimiento ecuménico.

Por otro lado, en América Latina lentamente ha ido creciendo un proceso de acercamiento y cooperación entre iglesias pentecostales que quieren, desde su propia identidad, reflexionar juntas sobre su misión en medio de los graves problemas que afectan a la región. Al mismo tiempo quieren articular estrategias de trabajo y colaboración en torno a los diversos ministerios de la Iglesia. A partir de su identidad las iglesias pentecostales de América Latina quieren profundizar su participación en el movimiento ecuménico.

En el año 1988 el Consejo Mundial de Iglesias apoyó la realización de una primera Consulta Latinoamericana de Pentecostales en Salvador Bahía, Brasil, con el objeto de ofrecer un espacio de diálogo y reflexión entre pentecostales de la región y de esta forma facilitar las condiciones para que estos articularan un proceso regional de cooperación y coordinación.

La formación de la Comisión Evangélica Pentecostal Latinoamericana, CEPLA, en el año 1990, ha permitido a un sector significativo del pentecostalismo latinoamericano tener la oportunidad de compartir sus reflexiones y buscar responder juntas a la necesidad de unidad y cooperación. Sin duda, queda mucho por hacer para incorporar en este proceso de unidad a amplios sectores del pentecostalismo latinoamericano que todavía no sienten la necesidad de abrirse al diálogo.

El proceso de unidad y colaboración de los pentecostales se ha dado en torno a algunas temáticas específicas tales como los desafíos que presenta al pentecostalismo la realidad de pobreza extrema, marginalización e injusticia que vive América Latina, la identidad pentecostal y en especial sus raíces teológicas, el ecumenismo y su pastoral en relación a sectores específicos como la mujer, los jóvenes, los indígenas y los niños.

Durante los años 1991 - 1992 se celebraron varios encuentros nacionales en Venezuela, Costa Rica, Chile y Brasil. En Agosto de 1992 se realizó el Primer Encuentro Latinoamericano de Mujeres Pentecostales, con el apoyo del CMI. El mismo año el CMI manifestó una vez más su interés para la busqueda de la identidad y el testimonio pentecostal a través de la presencia de su Secretario General, el Pastor Emilio Castro que participó en el Encuentro Pentecostal Latinoamericano en Sao Paolo, Brasil. 53 denominaciones pentecostales de 17 paises de América Latina fueron convocadas a este gran encuentro que congregó más de un centenar de hermanos y hermanas.

La Consulta de Lima ha sido un nuevo paso en el camino de las relaciones entre el CMI y las Iglesias pentecostales en América Latina. Mas alla del apoyo al proceso de acercamiento entre esas Iglesias, incluso la creación de la CEPLA, se ha tratado de iniciar un diálogo con el motivo de abrir nuevos espacios de cooperación. Las perspectivas futuras enumeradas en el documento final desde ahora constituyen un agenda común.

 

Home ]