VIVIENDO EN LA UNIDAD DEL
ESPIRITU Consulta Pentecostal
Latinoamericana Perú 14-19 de Noviembre de 1994 Durante los días 14
al 19 de Noviembre de 1994, en Lima, Perú, pastores, pastoras, obispos,
presidentes y lideres de diferentes iglesias pentecostales del continente,
invitados por el Consejo Mundial de Iglesias, nos reunimos y compartimos
nuestros testimonios y esperanzas junto con hermanos y hermanas de otras
denominaciones y del Consejo Latinoamericano de Iglesias. Ha sido un tiempo
propicio para fortalecer el proceso de unidad y cooperación pentecostal que
viene impulsando la Comisión Evangélica Pentecostal Latinoamericana (CEPLA),
reafirmando la gran voluntad de consolidar un ecumenismo del espíritu que nos
mueve por la transformación de mujeres y varones, la sociedad y la creación, en
el gran propósito de Dios de reconciliar y reunir todas las cosas en Cristo
Jesús. Hemos sentido
consuelo y ánimo para continuar nuestra tarea evangelizadora, confrontados con
las experiencias de dolor y sufrimiento como también con las bendiciones
derramadas por el Señor. Los testimonios que recibimos nos hablan de la pobreza, la
marginación, el desempleo, la violencia y la pérdida de seres queridos, que padecen todos los días la mayoría de
familias, hermanos y hermanas
y comunidades en general. Sin embargo, resaltamos el poder del Espíritu Santo
para seguir combatiendo el pecado en todas sus formas y construyendo en
nuestras comunidades cristianas una visión pastoral de la victoria de Cristo
Jesús. Nos gozamos al ver
personas transformadas por el Espíritu y el testimonio de hermanos y hermanas
humildes que Dios mueve. Reafirmamos la libertad que Dios da a cada uno en la
adoración y la alabanza con múltiples expresiones culturales, sentimientos,
vivencias y dones, forjando así comunidades cristianas solidarias, sanadoras y
enamoradas de la comunión íntima con Dios. Estas bendiciones impulsan aun más
la tarea evangelizadora que arde en nuestras corazones. Por ello, nos
esforzamos todos los días para compartir con otras y otros lo que Dios hace
como respuesta frente a la marginalidad y exclusión. En un ambiente de
fraternidad y amor cristiano hemos reflexionado sobre la identidad pentecostal,
la espiritualidad, la evangelización, el compromiso social, la participación de
la mujer, la unidad, la cooperación y el diálogo. Confirmamos que la
evangelización es un estilo de vida, cultivado a la luz de la Gran Comisión.
Los creyentes, generalmente pobres, son sujetos activos, quienes impulsados por
Dios trabajan para que todos saboreen el Espíritu de Cristo. Por ello, también
el testimonio del evangelio se expresa a través de un compromiso social con los
más necesitados. Estas acciones muchas veces se realizan sólo con el recurso
del Espíritu Santo, en los que no necesariamente
media el dinero. Entendemos el testimonio pentecostal como un compromiso
solidario, creador de comunidad y unidad desde el servicio de amor a los más
pobres de la tierra. En esta visión
pentecostal destaca la importancia de la participación de la mujer quien a
pesar de haber sido postergada y marginada, contribuye eficazmente a la vida y
misión de la iglesia. Por ello, creemos que su participación tanto en la
iglesia como en la sociedad debe ser reconocida por todos, para forjar una
verdadera comunidad de mujeres y varones, signo y anticipo del gran jubileo
preparado por el Señor para su creación. Llamamos a todas
las hermanas y hermanos e iglesias pentecostales: - A seguir
proclamando juntos el evangelio de reconciliación y el Señorío de Jesucristo en
cada ciudad y aldea del continente. - A continuar la
solidaridad y el servicio entre todos los necesitados de nuestros pueblos. - A guardar la
unidad del Espíritu, donde mujeres y varones reconociéndose iguales sirven al
Señor con todos los dones del Espíritu. - A llevar a cabo
una permanente cadena de ayuno y oración intercediendo ante Dios por las
situaciones de dolor y aflicción de los pueblos latinoamericanos, en especial
en favor de Cuba y Haití. - A esperar con gozo, alabanza y adoración a
Dios, por el gran despertar de fe y esperanza en
el continente latinoamericano, sabiendo que el Espíritu Santo hará fecundar la
plenitud de vida en todo y en todos.
Perspectivas
futuras de Cooperación y Diálogo
A la luz de todo lo
anterior resaltamos la necesidad de profundizar la unidad y cooperación
pentecostal a través de un mayor acercamiento entre nosotros, así como con
iglesias y organismos continentales y mundiales que promueven la unidad y la
cooperación del pueblo de Dios en el mundo. En este espíritu hacemos las
siguientes recomendaciones: 1. Establecer un
diálogo pentecostal Norte-Sur con la ayuda del Consejo Mundial de iglesias y
fortalecer las relaciones ya existentes entre la CEPLA-La Sociedad de Estudios
Pentecostales de los Estados Unidos y otros movimientos pentecostales, iglesias
e instituciones hermanas. 2. Abrir un espacio
de diálogo entre las iglesias pentecostales y sectores de la Iglesia Católica,
con la ayuda del Consejo Mundial de Iglesias y del Consejo Latinoamericano de
Iglesias. 3. Afirmar la
participación y el reconocimiento del ministerio de la mujer, y proveer los
medios necesarios para lograr su participación más activa en el movimiento
ecuménico. 4. Iniciar y
reforzar actividades con la juventud pentecostal 5. Promover y
reforzar el trabajo con los indígenas. 6. Continuar
apoyando el Proceso de Unidad y Cooperación Pentecostal, que en América Latina
viene impulsando la CEPLA como un espacio legítimo de diálogo, unidad y
cooperación del movimiento pentecostal latinoamericano en el cual participan
iglesias pentecostales de las más diversas tendencias. 7. Profundizar el
diálogo sobre Misión y Evangelización y todos aquellos temas relacionados a la
búsqueda de formas renovadas de ser iglesia hoy día. 8. Profundizar el
diálogo ecuménico entre CEPLA y el CMI en torno al paradigma del Jubileo
bíblico y la lucha por la vida en un mundo globalizado. Finalmente
expresamos nuestro reconocimiento al CMI por el acompañamiento que ha venido
dando al movimiento pentecostal en América Latina y en particular por la
iniciativa de convocar esta Consulta. Creemos que éste ha
sido un paso más en el proceso de conocernos mejor, de destruir prejuicios y
especialmente de desafiarnos y cuestionarnos mutuamente en un espíritu de
compañerismo cristiano. |
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